Creemos que beber mezcal debe ser un acto de presencia. Que en medio del ritmo acelerado de lo cotidiano, tomar mezcal puede volverse un rito sencillo: pausar, oler, probar, pensar, escuchar. Estar. Como quien entra a una sala y se queda en silencio frente a una obra. Sin prisa. Con respeto.

Cada botella es única: una secuencia de historias antiguas y nuevas. Como en una galería, lo que ves —y lo que bebes— es una curaduría. De agaves silvestres, de manos sabias, de tiempo, de tierra.

No es mezcal para perderse. Es mezcal para encontrarse.

Conoce más

Biblioteca de agaves

Espadín

Agave Angustifolia

Tobalá

Agave Potatorum

Tepeztate

Agave Marmorata

Jabalí

Agave Convallis

Cuish

Agave Karwinskii

Madrecuishe

Agave Karwinskii

Prueba las distintas versiones

Pequeña para llevar,
intensa para recordar.

250 ml

Un trago íntimo. Para descubrir el mezcal como se mira una obra: en silencio, con atención, sin prisa.

Para compartir el gusto.

750 ml

Una botella que invita a detenerse en compañía. Beber como quien contempla: con respeto, con gozo, con memoria.